miércoles, 15 de enero de 2014

EL GAY ESNOB



Un chico fue a contarle a su padre que él era gay y tuvieron la siguiente conversación:
- Tu eres gay? –  pregunta sorprendido el padre - acaso tu vives en Paitilla o Punta Pacífica? 
El hijo contestó     no papá.  Tu sabes que yo vivo aquí contigo en el multifamiliar. 
-Y tú tienes un carro último modelo?
- No papá, tu sabes que yo ando en metrobus.
- Y tu vistes con Hugo Boss, Armani, Luis Vuitton o ropa de Zara, al menos?
- Que va, papá – respondió el chico – tú sabes que yo compro solo en lugares de descuento.
- Entonces – respondió el papá – tú no eres gay, tú eres un mariconcito cualquiera…

Chiste cruel!    Obviamente un chiste es una caricatura pero hace referencia a un comportamiento real.  Me da vergüenza admitirlo pero creo que hay bastante de cierto en el estereotipo ese del gay lleno de lujos, marcas y poses. Yo le he llamado a este comportamiento el “Síndrome del Gay Esnob”. 

Dice el RAE que esnob es una “persona que imita con afectación las maneras, opiniones, etc., de aquellos a quienes considera distinguidos” y luego dice que afectación es la “falta de sencillez y naturalidad”.  Aquí hay varias cosas interesantes: la primera es que el esnob imita.  Es decir que no es natural, no se comporta como  él sino como alguien más y no solo en su forma de actuar sino que incluso piensa como alguien más.  La segunda es la falta de sencillez y naturalidad.  Es extravagante y presuntuoso en su manera de ser, de hablar, de actuar, etc.  Estoy seguro que muchos de los que leen esto podrán identificar inmediatamente este comportamiento en infinidad de miembros de nuestra comunidad.
 
 
Los gais esnob piensan que en Panamá todo es malo: los hombres, la comunidad gay, la infraestructura, la sociedad, etc. Y que todo lo que hay afuera, principalmente en Estados Unidos o Europa, es mejor solo por ser de allá.  Hombre, que hay cosas muy buenas en esos lugares pero aquí también!

 De hecho, escribir este post se me vino a la mente porque me encontré un artículo sobre las ventajas de vivir en Panamá que decía que tenemos una infraestructura moderna y un sector de negocios con altos estándares lo que hace que cada vez más vengan empresas internacionales a establecerse aquí (creo que esto lo podemos palpar a simple vista).  También decía el artículo que los panameños somos pacíficos, amistosos, divertidos y globalizados; que tenemos un buen sistema de transporte (tengo mis dudas); que la vida es relativamente barata; que los servicios de salud son muy económicos y excelentes; que en los supermercados se puede encontrar cualquier cosa que se encontraría en un supermercado en los Estados Unidos pero a precios más bajos;  que la variedad arquitectónica, la historia y la cultura local es fascinante;  que la diversidad de playas, paisajes espectaculares,  islas en ambos océanos, sitios de buceo y pesca, flora y fauna es reconocida a nivel mundial; que se puede realizar una diversidad de actividades deportivas  como windsurf, deportes de vela, ciclismo, buceo, pesca, golf, baseball, basketball, navegación por rápidos, surf, etc.; que la vida nocturna incluye conciertos, grandes discotecas, casinos, música en vivo, restaurantes, actos culturales, obras de teatro, cabarets, música clásica y otras atracciones; y por ahí sigue.  América Economía califica a Panamá como una de las mejores ciudades para hacer negocios en Latinoamérica en 2013 (http://m.americaeconomia.com/node/106926) y otro estudio de 192 ciudades califica a la ciudad de Panamá como uno de los mejores lugares para vivir en Latinoamérica (http://wvw.nacion.com/viva/1997/diciembre/14/soc4.html), por mencionar algunos rankings.

Estoy seguro que hay mucho que podríamos agregar al párrafo anterior pero todo eso se le olvida al gay esnob cuando de primero en su lista de prioridades están los hombres.  Todos los de aquí les parecen horrendos y de baja categoría pero cualquier blanquito “fulito” le hace quedar en cuatro así sea la peor escoria en el lugar de donde viene.  Lo cierto es que no estamos en Suiza ni Canadá y, en mi opinión, el tema de los hombres aquí es como en todos lados: hay feos y bonitos, altos y bajos, gordos y flacos, etc.  Por supuesto que nosotros somos latinoamericanos con mezcla y nos jactamos de ser crisol de razas.  Estudios del genoma panameño dicen que tenemos un tercio blanco, un tercio indio y un tercio negro.  No podemos evitar esa realidad.  Si solo nos interesan los blancos y rubios, probablemente tengamos más dificultad de encontrar hombres que nos llamen la atención en vez de apreciar la belleza de nuestra gente.  Para gustos los colores: tengo un buen amigo gringo que mataría por venir a vivir a Panamá por sus hombres.  De hecho lo está considerando.  Sin embargo, una vez me dijo uno de estos gay esnob que estos panameños son nada que ver y que él solo salía con extranjeros.  Pobre loca: destinada a ser usada por cuanto mochilero envuelto en una nube de moscas se le pare enfrente.  Lo peor de todo es que el mariconcito me dijo que estaba seriamente pensando importarse un novio.  Que horror!
 
Todas las ventajas de este hermoso país se le olvidan al gay snob cuando compara nuestra vida y comunidad gais con las de otros países.  Un mariconcito, que me sacó credenciales antropológicas y citó libros y a una famosa autora alemana, a raíz de mi post del carnaval panameño, me dice que nuestro carnaval aliena y que todos los gais panameños somos estúpidos porque estamos felices como estamos y no nos damos cuenta de la discriminación de que somos víctimas.  Lo que el mariconcito parece ignorar y obviamente la autora alemana también, es que en Berlín se celebra todos los años una fiesta que se llama Folsom Europe donde los gais más aberrantes que haya visto en mi vida salen a la calle vestidos de cuero y látex, se drogan y se follan por las esquinas y pasan completamente alienados (http://www.youtube.com/watch?v=9vVQZiJ9Y0o).  Y qué decir de los “circuit parties” de USA o España, que conozco muy bien, donde miles de hombres bellos bailan drogados en jeans y sin camisa, como si fuera una fiesta del Ken gay.  Las hay de unos días hasta de una semana y quedan todos drogados y completamente perdidos.  Eso por citar algunos ejemplos de los que puedo dar fe porque los he vivido. 

 
Ojo, que no quiero parecer moralista, que tanto el carnaval panameño, como el brasileño, los “circuit parties” y el “Folsom Europe” tienen su gracia y su público.  Lo que me hace hervir la sangre es que se nos quiera tachar de indígenas en taparrabo por tener una identidad, costumbres y tradiciones únicas y maravillosas.    

 
Lo que, definitivamente podríamos aprender los gais panameños de esos países que admiran los gais esnob es la organización de la comunidad.  No es que sean mejores o peores que nosotros, sino porque tienen estructuras políticas y sociales mucho más sólidas que las nuestras.    Nosotros nos desarrollamos rápidamente hacia un modelo propio pero creo que en esto deberíamos participar todos los miembros de la comunidad para lograr la sociedad que queremos.  Es fácil ser la víctima de una sociedad, lo realmente admirable es trabajar en pro de los cambios.
 
Esta victimización que siente el gay esnob se ve reflejada entonces en un falso estilo de vida. No creo que tenga nada de malo el tener comodidades y cosas bonitas pero he conocido cada loca retorcida por las marcas que me dan ganas de vomitar.  Conocí uno que tenía en su mesita de noche una caja con no sé cuántos relojes de todos tamaños, formas y colores y cada uno más caro que el otro.  Conozco muchos gais que se gastan todo el poco salario que ganan en comprar ropa de marca y mientras más grande tenga la marca mejor.  Conozco otros, con dinero, que se desviven en detalles, adornos y protocolos como si las cosas fueran mejores mientras más estrafalarias y rimbombantes son.  Siempre me recuerdo de las fiestas de un grupo de amigos gais que se me hacen cada vez más parecidas a las fiestas de las señoras del Club Unión y no es que sean de broma sino que ellos creen que eso las hace ser mejores.  Parece que no nos damos cuenta de que ser simples, sencillos y normales no nos hace ningún daño. 

 
Lo más interesante de la definición del RAE es que una persona snob, imita a una persona que considera distinguida.  A mí me parece que detrás de este comportamiento, el gay esnob no se considera a sí mismo distinguido y tiene que comportarse y pensar como otros.  Yo conozco muy bien esto, de hecho he caído en esta trampa y de vez en cuando tengo la tentación de dejarme envolver por esnobismos y empezar a criticar nuestra cultura y nuestra comunidad.  Por suerte, he tenido la fortaleza para abrir los ojos y darme cuenta que no hay nada mejor y que haga sentir más feliz que ser uno mismo y estar en paz y conforme con lo que uno es y donde uno está.  La felicidad no es tener todo lo que uno quiere sino querer todo lo que uno tiene. 
 
 

 

sábado, 19 de octubre de 2013

Soy Gay Y Se Me Nota


Hace unas semanas conocí por medios electrónicos a un tipo de unos 28 o 30 años. En verdad es muy guapo para mi concepto: blanco, con buen cuerpito, castaño claro, gotee rojizo.  Obviamente las fotos que usamos en nuestros perfiles tratan de sacar nuestro mejor ángulo así que cuando las ví me mató.  No entiendo como algunos pueden poner fotos de sus anos abiertos como las compuertas del canal o un pipisón baboso asqueroso, pero eso es tema de otro post.  Estuvimos chateando por varios días con una conversación bastante agradable, sobre temas diversos.  El es un profesional, con buena educación y buen nivel cultural, se mantiene solo y anda buscando una relación.  Todo esto lo cuento para aquellos que escriben en sus perfiles cosas como “todos sabemos para qué estamos aquí” haciendo referencia a que en las páginas gay solo se entra a buscar sexo.  Este muchacho y yo estamos buscando mucho más que echar un polvo y nos llamamos la atención.  Me comentó que no sabía por qué estaba soltero si no se ve mal, es educado, etc.  Este es el punto que quiero desarrollar.

En las fotos que me fue enviando, lo vi aparecer con ropa cada vez menos “seria”.   Y le hice la pregunta clásica de manera muy sutil para no ofenderlo.  Entonces me dice: no soy loca pero soy gay y se me nota.  Yo me quedé con un signo de interrogación del tamaño de la bandera del cerro ancón y le dije: pero ser gay y que se te note es la definición de ser loca. Entonces me dio todas las justificaciones por las que yo no tenía razón.  Pensé que hasta ahí había llegado todo pero para mi sorpresa me siguió escribiendo.  Seguí con cierto recelo porque en verdad me sentía atraído por él y porque he aprendido a no prejuzgar, darle tiempo al tiempo y dejar que las cosas sigan su camino. Finalmente, luego de tanto chat y fotos decidimos salir.  Me entusiasmé porque me invitó y me vino a buscar.  A mí siempre me toca ser el que va a recoger y siempre termino de idiota pagando la cuenta.   

Así que llegó el día tan esperado y me vino a buscar.  En el carro, vi que cargaba un suéter escotado.  Dicen que es cuello V moderno pero para mí eso es un escote.  Pensé, bueno no es problema porque el man se ve bien.  Cuando nos bajamos del carro él cargaba un pantalón de color mostaza, hiper apretado.  Creo que se tuvo que untar aceite para ponérselo y meter un gancho de ropa por el ojal del zipper para ayudarse a subírselo.   Cuando hubo más luz, me pude dar cuenta que tenía sacadas las cejas en arco perfecto y mechitas.  Me dijo que no se las sacaba, que se las limpiaba y que no tenía mechitas sino que tenía brillo.  Pues no sé cómo les quieran llamar, para mí ese man se saca las cejas y se hace mechitas.  Para rematar llevaba un abrigo en el brazo.  Para mí, es muy poco varonil ir al cine con abrigo en el brazo o amarrado o de cualquier forma que no sea puesto.  De hecho, los machos tenemos calor la mayoría del tiempo, la temperatura del cine es perfecta.  El susodicho no es que era un vaquero pero no es amanerado tampoco.  Es un man normal pero con esa vestimenta, ese pelo y esas cejas era tremendamente obvio.  Muy muy obvio.  Ya pueden imaginar que mi entusiasmo termino en decepción.  Es gay y se le nota: loca.   

He conocido varios chicos que dicen ser “fashion”.  A mí me parece que no todo lo que sale en las revistas y está en los almacenes es adecuado para vestirse en Panamá.  Hay un dicho que dice: donde fueres has lo que vieres.  Y creo que es completamente cierto.  Yo no puedo ir en hilo dental a caminar por las calles de Amán, Abu Dabi o Dubai donde las  mujeres andan en burka y los hombres entrapados.  Por más retrógrada que me parezca ese estilo de vida, no puedo pretender romper su cultura sin tener consecuencias (buenas o malas).  Es lo mismo aquí.  La loca me dijo que no tenía nada de malo andar “fashion” porque esa era la moda en Europa.  Tiene toda la razón en que esa puede ser la moda en Europa pero se equivoca grandemente en pensar que estamos allá.  Nosotros estamos en Panamá.  He estado en varios países europeos y definitivamente que las cosas son diferentes que aquí.  En Italia, por ejemplo, muchos hombres parecen maricones por la ropa que usan, se sacan las cejas y se agarran, se tocan y se besan.  Por supuesto que la gran mayoría no son maricones pero para nuestros estándares, por más tercermundistas que nos parezca, comportarse como ellos aquí es muy poco masculino.  Sé que este es un tema controversial y habrá quien esté a favor y en contra pero como este es mi blog, mi opinión es la que vale.

Lo intenté, no prejuzgué, le di y me di la oportunidad pero no funcionó.  Por qué?  Porque yo quiero salir con un hombre no con la Barbie Fashion 2014.  Estoy seguro que la mayoría de los gais queremos salir con un hombre, macho, varón, masculino, de pelo en pecho y remolino en el culo, como dicen en el interior.  Si quisiéramos salir con una loca, mejor saldríamos con una mujer.  Esta es una disyuntiva importante para todos.  La loca que siente mujer, la tiene difícil porque la mayoría de los gais no quiere salir con una mujer.  Luego, la loca que no se siente mujer pero es gay y se le nota, LOCA, tiene pocas posibilidades de encontrar un hombre que se capaz de tolerar sus manerismos y excentricidades. Para los que somos más o menos hombres normales es difícil también porque tendemos a tener el complejo de que cualquier mínima cosa rara es un amaneramiento y tendemos a la homofobia internalizada (de eso escribiré en otro momento).  Para los que están en el closet, muy muy duro y.  Si, esto no es fácil. 

 A pesar de que estas cosas de conseguir una pareja gay no es fácil, yo tengo una idea bastante clara de por qué no la tengo en este momento.  Sin embargo, este muchacho me dijo que no sabía por qué.  Yo si sé por qué él no tiene pareja: porque los hombres que a él le gustan no queremos salir a la calle con un maniquí de vitrina europea.  No digo que sea bueno o malo vestirse de tal o cual forma pero nuestros actos tienen consecuencias y las consecuencias están directamente relacionadas con el lugar en donde hacemos nuestras acciones.  Entonces, para ser gay y feliz en Panamá hay que entender que no vivimos en Amsterdam, ni en San Francisco, ni en Sidney y que aunque nuestra sociedad ha evolucionado y seguirá haciéndolo, no podemos violentar nuestras costumbres sin consecuencias.  Si queremos portarnos como nos de la gana, luego no andemos sufriendo por las consecuencias.  Camarón que nada contra la corriente, muere electrocutado…

lunes, 29 de abril de 2013

20 Principios de Urbanidad Virtual Gay


1.       Trata a los demás en el ciberespacio como te gustaría que te trataran a ti.

2.       Sigue los mismos estándares de comportamiento que utilizas en la vida real cuando estés navegando en ciberespacio.

3.       No ofendas bajo ninguna circunstancia incluso si te están ofendiendo a ti.  Lo que te diga un desconocido a través de medios electrónicos no te va a cortar ni a puyar.  No ofendas.

4.       Sé positivo. Has un perfil agradable y fresco.  Elije un nick que te identifique pero que no sea ofensivo.  Escribe lo que te gusta y lo que buscas.  Evita hacer una lista de no’s:  No gordos, no locas, no feos, etc.  Tendrás muchos mejores resultados en tus contactos si tu perfil te presenta como eres y dice lo que buscas.  Un perfil que hace una descripción de todas las cosas feas y desagradables que odias en una persona crea rechazo.   

5.       Las fotos sexys llaman la atención.  Las fotos pornográficas no.  Puedes tener fotos de tu pene y de tu ano en las formas, tamaños, colores y aberturas que gustes pero mantenlas reservadas para quien las solicite. 

6.       Entiende bien en qué lugar estás.  Es cierto que estás en un lugar dónde se puede solicitar sexo sin compromiso pero la mayoría de los cibernautas quieren hacer amigos y muchos buscan pareja.  De hecho, cada vez más parejas se conocen en el ciberespacio que a través de medios tradicionales.  Que tú estés buscando sexo no significa que todo el mundo lo esté haciendo y que por eso los demás sean aburridos o moralistas.  Que tú estés buscando amistad real y que otros busquen sexo no significa que los otros sean unos depravados, herejes e insensibles decadentes.  Entiende y respeta a los demás.

7.       Pórtate bien y sé agradable cuando estés en línea.  Como en el resto del mundo, la mayoría de la gente que se comunica en línea lo que desea es “caer” bien.   Si le dices cosas feas a los demás, recibirás cosas feas de vuelta. Si tu perfil es antipático recibirás comentarios antipáticos.  No puedes esperar rosas cuando tú entregas piedras. 

8.       Serás juzgado por la calidad de tu escritura. Esto quiere decir que la redacción, la ortografía y la gramática cuentan.   Nuestra ortografía y nuestra gramática equivalen al aseo personal y vestuario en el mundo real.  No te gustaría establecer contacto con alguien que no se ha bañado en días, anda descalzo y carga un enjambre de moscas persiguiéndolo.  Cuida tu ortografía.

9.       Trata de interpretar correctamente lo que te han escrito.  Lee y analiza.  En la red no se utiliza lenguaje corporal, expresiones faciales, gestos o tono de voz para comunicar lo que deseas; palabras, simplemente palabras escritas es todo lo que tienes.  Por eso es muy fácil malinterpretar lo que otros dicen y ofenderse cuando no era esa la intención.  No pierdas la posibilidad de conocer a una persona maravillosa por haberte llenado de ira ante unas palabras mal interpretadas.

10.   Excusa los errores de otros.   Así como tú puedes malinterpretar lo que otro dice o puedes tener un error ortográfico u otra equivocación y te gustaría que los demás te comprendieran y te disculparan, los demás merecen igual consideración de tu parte.  No pierdas la oportunidad de establecer una relación interesante por un pequeño error.

11.   Ten cuidado.  Aunque la mayoría de los cibernautas están buscando entretención, amistad, sexo o simplemente están pasando el rato, cuándo te comunicas en el ciberespacio tus palabras, fotos y videos pueden ser almacenados en medios electrónicos en algún sitio del que tú no tienes control y las malas personas existen también en nuestra comunidad por lo que es posible que en algún momento tus palabras y acciones se puedan volver contra ti.  No tengas miedo pero sé precavido.    

12.   Se  ético.  No creas que en el ciberespacio se puede hacer lo que quieras sin que hayan  consecuencias.   

13.   Respeta la privacidad de los demás.  Evita comentar a las personas reales sobre las personas virtuales con las que te has encontrado.  Los rumores y murmuraciones son dañinos y crueles.  Debemos evitarlos, sobre todo en nuestra comunidad gay que ya suficientes ataques tiene del exterior.  Si por alguna razón estás tentado a hablar de los demás, por favor mira el principio No.1.

14.   Utiliza el anonimato adecuadamente.  “¿Le diría esto a esa persona en su cara? Si la respuesta es no, no se lo digas en la red.  Es posible que algunas veces quieras decirle  algo muy desagradable y de frente a una persona pero aparentemente es mucho más fácil hacerlo en la red dónde mantienes tu anonimato.  No seas cobarde. 

15.   Recuerda lo humano.  Hay algo en relación al ciberespacio que hace muy fácil olvidar que se está interactuando con otras personas que son reales y es supremamente fácil olvidar que esas personas tienen sentimientos muy parecidos a los tuyos. Por eso, muchas veces nos comportamos como algunos choferes: Insultan a los de otros carros, les hacen gestos obscenos y en general se comportan como salvajes. La mayoría de ellos no se comportaría así en la casa o el trabajo, pero la mediación de la máquina parece volver estas conductas aceptables.  La realidad es que comportarse como un desgraciado en el ciberespacio no es aceptable.

16.   Se agradable y educado.  Utiliza un lenguaje agradable y evita entrar en confrontación solo porque si.  Cuando abras un privado, saluda e identifícate  antes de pedir que lo haga la otra persona. Al fin y al cabo eres tu quien ha iniciado la conversación particular.   Si no tienes interés en chatear con alguien busca una forma amigable de terminar la conversación.  Entiende que no todo el mundo necesita hablar contigo ni tú tienes que hablar con todos pero si podemos todos ser agradables y comprensivos.

17.   Respeta, respeta, respeta.  Por más bello, joven, musculoso, divertido o adinerado que seas no eres el centro del ciberespacio.  No es válido decirle viejo o abuelo a uno de más de 35 años, recuerda que tú vas a tener esa edad más pronto de lo que te imaginas.  No es válido decirle chiquillo a uno de menos de 30, recuerda que tú tuviste esa edad hace poco.  Parece increíble en qué nos puede convertir una máquina. 

18.   No hagas trampa.  No es justo que una vez te hayan mostrado fotos y sepas quién es la otra persona, lo bloquees.   No es correcto esperar que los otros hagan algo que tú no estás dispuesto a hacer y menos que los engañes para que lo hagan.   No pidas fotos ni “cam” si no te vas a mostrar tú.  Revisa los principios 1 y  7.

19.   Respeta la individualidad.  Algunos de cibernautas gay están en el closet y viven con temores o llevan esa doble vida que tienen que esconder por lo que no quieren mostrar sus fotos bajo ninguna circunstancia.  Algunos otros ya han pasado por el proceso y se han aceptado cómo son por lo que no tienen problema en mostrar sus fotos privadas.  Algunos otros son aún más abiertos y no tienen problema en mostrarse en las fotos de sus perfiles que aparecen públicamente en las páginas gay.  El que uno esté dispuesto o no a mostrar sus fotos no significa que uno sea una loca descarada o un maricón traumado. 

20.   No insistas.  Si has intentado comunicarte con alguien y no te para bola, déjalo ahí.  No te va a poner atención porque le sigas mandando mensajes.  Es como si alguien te llamara al celular infinitas veces sabiendo que tu no le quieres contestar.

 

Si se te ocurren algunos más, agrégalos como comentarios a esta lista de principios.

viernes, 1 de marzo de 2013

Amar, Amar, Amar y Menos Carnaval

En una reflexión que hacía un escritor sobre la diversidad decía que había aprendido de una atea los más altos estándares de ética y honor; de un hombre de una raza diferente a él, aprendió la paciencia; y que un homosexual, con su ejemplo, le había enseñado lo que era la verdadera compasión.  La compasión es un sentimiento de enternecimiento y lástima que se tiene por las personas que sufren. Wow, que maravilloso! Un homosexual le enseñó a preocuparse por los demás. Mucha gente cree que todos los gais somos compasivos pero tengo la impresión de que esto es un estereotipo igual al estereotipo de que todos los gais somos afeminados.

En otro libro de reflexiones, un título decía: amar, amar, amar. Contenía un pasaje de La Palabra, muy conocido, sobre cuando le preguntaron a Jesús cuál era el mandamiento más importante y  dijo: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente”.  Luego dijo: “Éste es el primero y el más importante de los mandamientos.  El segundo se parece a éste: Ama a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22, 37-29).  Pensé: wow, esto es lo que necesitamos hacer más los gais en Panamá, amar.
Primero amar a Dios, que no es tan fácil porque no lo vemos.  Sin embargo si podemos sentir su presencia y su manifestación. Ese Ser Superior, que los católicos llamamos Padre, está presente en todo lo que nos rodea.  El es el tronco y nosotros las ramas, nos alimentamos con la clorofila que  lleva el tronco y nos ponemos frondosos y damos frutos si seguimos pegados a él.  Si nos separamos, nos secamos y podrimos.  Si no eres católico, puedes pensar en Dios como la fuerza del universo, del que es parte la tierra, de la que es parte Panamá y de la que eres parte tú.  Entonces nosotros somos parte de un todo que es Dios.  Cuando comprendemos eso, cambiamos y empezamos a amarlo.  Me encontré este video sobre la actitud de los panameños hacia la basura que nos puede servir de ejemplo (http://www.youtube.com/watch?v=uJbIAboCxdY&feature=youtube_gdata_player). Si  tuviéramos esta concepción del amor a Dios que comento, no fuéramos indiferentes a ensuciar y contaminar.  Igual en todas nuestras acciones: escogeríamos el bien en lugar del mal.
De segundo siempre se empieza por el prójimo, pero en verdad, La Palabra dice “ama a tu prójimo como a ti mismo”.  Entonces para poder amar a alguien debemos amarnos a nosotros mismos primero.  No podemos amar a Dios sin amar al prójimo y sin amarnos a nosotros mismos.  Todo está unido.  Claro!  Somos parte del todo.  El psicólogo Wayne W. Dyer dedica el segundo capítulo de su famoso libro “Tus Zonas Erróneas” al tema de amarse uno mismo.  El primer amor, le dice.   Dyer escribió que primero hay que autoaceptarse, luego aceptar nuestros cuerpos como son (o cambiar algunas pequeñas cosas que podríamos, como perder unas libras) y luego necesitamos “elegir” comportamientos que nos produzcan imágenes positivas de nosotros mismos.  Yo le agregaría al amor propio de Dyer una condición inicial: entender nuestro valor por ser hijos del Padre, seres humanos dignos y bellos.  La base fundamental de nuestro amor por nosotros mismos es nuestra naturaleza de descendientes de la divinidad. 
Amarse a sí mismo no quiere decir ser soberbio o egoísta.  Muchos de nosotros pensamos que amarnos a nosotros mismos quiere decir irse al mall y comprarse todo lo que a uno se le antoje hasta que exploten las tarjetas de crédito.  Que si no tengo este o tal teléfono inteligente no valgo nada, que si mi ropa no es de tal o cual marca soy un asco, que si no voy a tal o cual lugar no sirvo y así sucesivamente.  He visto lo que la gente en general y nosotros los gais en especial, somos capaces de hacer para mantener esta ilusión.  Creemos que valemos por las cosas que tenemos cuando la verdad es que nuestro valor viene de dentro de nosotros.  Somos nosotros los que hacemos felices a las personas y a las cosas que nos rodean, nunca al contrario.  Porque si las cosas dieran felicidad, todo el que tuviera dinero y cosas fuera feliz.  Pero, es así?  Y todo el que no tuviera nada fuera un desgraciado. Pero, es así?  La felicidad y la desgracia visitan a pobres y a ricos sin hacer diferencia.  El bienestar del cuerpo que se consigue con cosas es importante pero más importante aún es el bienestar del espíritu.  Amarnos a nosotros mismos no tiene que ver tanto con las cosas sino con conocer nuestro valor y mantenernos íntegros.
El amor a nosotros mismos es cuidar nuestra dignidad, algo que muchos gais no hacemos bien, en mi opinión.   Por pura casualidad pude ver partes de La Cáscara con las imágenes del carnaval.  En verdad casi no veo ese programa porque cada día se pone peor y es una burla constante a nuestra comunidad.   Aunque, a decir verdad, ellos se burlan de todo y nosotros les damos la oportunidad de reírse.  En el programa salió cada “loca” extravagante y ridícula, borracha, perequera, estrafalaria, malcriada, etc.  Como dice un amigo mío: locas de la cabeza y del culo.    Yo soy el último en criticar a los afeminados, pero una cosa es tener manerismos y otra cosa es denigrarse a sí mismo.  Pedimos respeto pero no nos respetamos a nosotros mismos y nos degradamos como seres humanos. 
Conozco un tipo que se puso nalgas.  Yo le veía algo raro hasta que me enteré.  En verdad se ve horrible y me cuentan que la sensación cuando uno agarra un par de esas es totalmente diferente a cuando uno agarra unas de verdad.  Entonces, este tipo mide su valor por sus nalgas.  Es decir, sus nalgas valen más que él.  Conozco otro que se compró un juego de wallet y llavero de una marca famosa y cuando fuimos a un restaurante se sacó el wallet y lo puso en la mesa junto al llavero para que todos lo viéramos.  Debe ser que él pensó que nosotros fuimos a cenar con su wallet y su llavero, no con él.  Su wallet y su llavero valen más que él.  Podría seguir con ejemplos pero creo que el punto está claro. 
Tercero, amar a nuestro prójimo. Esto está relacionado con lo que escribí en uno de mis anteriores post.   Aquí es en donde se manifiesta el amor, en la forma en que nos relacionamos con los demás. Porque si yo estoy unido al Ser Superior y me considero con la dignidad de hijo de Dios, tengo que tratar a los demás como mis hermanos porque también son hijos de Dios. La tolerancia está en primer lugar aquí.
Tantas veces veo cosas desagradables de nuestro comportamiento en este sentido que me cuesta un poco creer lo que decía el hombre sobre aprender la compasión de un homosexual.  Veo como los gais nos atacamos unos contra otros, nos mofamos, nos insultamos, nos creamos bochinches, intrigas, maldades.  Parece haber una competencia en ver quien se asemeja más al villano de la novela de más rating. 
Hace unos días mi Facebook amaneció lleno de mensajes y de “likes” a una página que dice “CAMPAÑA EN CONTRA DEL FANATISMO, LA VULGARIDAD E IRRESPETO A LAS SOBERANAS DEL CARNAVAL TABLEÑO”.  El carnaval tableño lo hacemos los gais; el tableño y todos los del país.  En vez de aprovechar ese momento para mostrar nuestra compasión, lo que hacemos es gritar vulgaridades y atacarnos unos a otros.  En vez de reforzar los valores positivos de nuestra comunidad, de apuntar hacia el arte plasmado en los carros alegóricos y el trabajo de los disfraces, de toda la imaginación que hay detrás de la elaboración de la presentación de cada día y noche, en el esfuerzo de miles de simpatizantes de cada tuna que invierten su dinero durante un año completo para que su reina luzca majestuosa, de las composiciones musicales de la murga, de la belleza de nuestras reinas, de la alegría de nuestro pueblo, escogemos gritar vulgaridades y atacar a nuestros prójimos de la tuna contraria que también han hecho sus esfuerzos.  El ataque y la vulgaridad no es sólo contra las reinas.  En cada tuna se ven “locas” gritándole “loca” a otras locas.  Y los que somos menos afeminados, con tres tragos quedamos también gritando y manoteando.  Cómo es eso?  En vez de estar unidos nos despedazamos.  Pedimos tolerancia y respeto pero no nos toleramos y respetamos.  A ninguno de nosotros le gustaría que a su hermana, sobrina, prima o amiga, le griten horrores y vulgaridades en la calle.  Por qué lo hacemos entonces?  Eso no es tratar al prójimo como a uno mismo.
Un amigo me contó que había conocido a un tipo que le atraía y que la cosa parecía andar bien pero que sus amigos le habían contado historias de terror del tipo.  Yo le dije que se diera tiempo de conocerlo él mismo y que no se dejara guiar por los chismes de sus amigos gais.  En efecto, el tipo resultó ser excelente persona y ellos están juntos.  Parece que tenemos la lengua muy grande y no nos cabe dentro de la boca.  Me he alejado de varios grupitos por el bochinche y la intriga.  En vez de la compasión, muchas veces lo que he visto es saña.  Pareciera una costumbre generalizada el hablar de los demás con cierta maldad.  Como si se disfrutara con la desgracia ajena.  Los gais nos encargamos de destruir a los mismos gais.     

Sé que no todos somos así y que muchos de nosotros somos muy educados y corteses, atentos y realmente preocupados por los demás.  Sé que muchos de nosotros realizamos trabajos de voluntariado y participamos en campañas sociales. Pero el amor al prójimo no es solo donar bolsas de comida luego de una inundación, el amor al prójimo es esa sensibilidad que nos hace hacer el bien para los demás, lo que nos impediría gritarle horrores a las reinas y murmurar de nuestros conocidos.  Por qué no utilizamos esa energía en hacer cosas constructivas con el prójimo.  Conozco un grupo de amigos que se han puesto de acuerdo para brindar ayuda a los pacientes de sida.  Así están ocupados y no tienen tiempo para ponerse a hablar mal de la vida ajena.  Es hora de sacar la viga de nuestro ojo y no ponernos a criticar la paja en el ojo de los demás. 

Entonces, para ser gay y vivir felices en Panamá tenemos que amar:  Amar a Dios, amarnos a nosotros mismos y amar a los demás.

jueves, 7 de febrero de 2013

DE CARNAVAL, FUTBOL Y TOLERANCIA

Los gais en Panamá tenemos que replantearnos el tema de la tolerancia.  Nuestra comunidad siempre la pide pero, para que nos toleren, debemos tolerar primero nosotros. Según la Real Academia de la Lengua, tolerancia es “respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias”.  Pero también dice que tolerar es “sufrir, llevar con paciencia”  y “permitir algo que no se tiene por lícito, sin aprobarlo expresamente”.

Tenemos que entender entonces que estamos exigiendo a los demás no solo respeto de nuestras ideas y prácticas, les estamos pidiendo que nos tengan “paciencia”, que nos permitan algo que ellos tienen por ilícito y que “sufran”.   Nosotros estamos dispuestos a hacer lo mismo?   Tengo mis sinceras dudas… Solo escuchamos a los demás si dicen lo que nos agrada.  A penas dicen algo que no nos gusta, aunque sea verdad, ya no los soportamos y los convertimos en monstruos intransigentes.  Para que nos toleren debemos empezar por no llenarnos de ira cuando no nos gusta una cosa o cuando los demás tienen ideas y prácticas diferentes a las nuestras.  Insisto, para que nos toleren, debemos tolerar primero. 

Los periódicos de hoy amanecieron con titulares que dicen “Decepción en el Romel”, “Amargo Empate”, haciendo alusión a que ayer empatamos con Costa Rica en la hexagonal de clasificación al mundial.  Un diario más folklórico dice “Nos Quedamos Con los Rollos” y muestra un rollo de papel higiénico de los que tiran desde las gradas en el estadio para celebrar.  Chistoso!  Lo que no me hace gracia es que a todos se nos ha olvidado que hace solo un par de años nosotros éramos los  “congos” de CONCACAF.  Nuestro futbol ha evolucionado enormemente y estamos a un paso de ir a un mundial.  Todos criticamos a “La Sele” pero la verdad es que estuvo fantástica ayer, tanto que Stempel dijo que “si Panamá sigue jugando así es un contendiente para cualquiera”.  Nos descorazonamos porque las cosas no salen como quisiéramos pero debemos tener en mente todo lo que hemos avanzado en futbol, sobre todo considerando que el deporte tradicional aquí siempre ha sido el béisbol y que todos los países contra los que nos enfrentaremos tienen largas tradiciones futbolísticas.  Como referencia, la contienda entre el Saprisa y La Liga  en Costa Rica, levanta tantas pasiones y tiene tanta tradición como los juegos entre Herrera y Los Santos y cualquiera contra Chiriquí.

De igual forma, y aunque estoy seguro que la mayoría de los activistas gais panameños no estarán de acuerdo conmigo, hemos avanzado a pasos agigantados en los dos últimos lustros en temas de tolerancia hacia los homosexuales. Pero los gais panameños tenemos que aceptar y entender que no vivimos en Amsterdam ni en San Francisco y que nuestra sociedad está en evolución en esos temas.

Recuerdo la primera vez que la reina gay desfiló un martes de carnaval.  Ese año tuve que regresar de Las Tablas antes de tiempo y no me quedó otra que ir el martes al “carnaval en la central”, aunque ya no era en la central, era en la Vía España.  Estaba en la esquina donde está ahora la Caja de Ahorros y todo el mundo esperaba la carroza gay.  Era la última.  Adelante venía un carro descapotable con dos chicas vestidas de sirenas y detrás la reina gay en una carroza alta, bien hecha, elegante.  Era lo mejor de todo el desfile y la reina (por supuesto que era un travesti) estaba fabulosa.  La gente estaba boquiabierta y no sabía si aplaudir o abuchear.  Detrás de mí unos tipos gritaron insultos y lanzaron hacia la carroza un trapo mojado que, afortunadamente, no golpeo a la reina.  La gente se puso furiosa con los tipos y se les fueron encima al punto que tuvieron que irse.  El ataque disparo la reacción del público que empezó a aplaudir.  Mientras los agresores huían, la gente saludaban a la reina y le gritaban: bella! Linda! Y se reventaban más en aplausos.  Si, hubo algunos atorrantes, intolerantes y demasiado agresivos, pero la gran mayoría de la gente fue muy tolerante.  Eso fue hace más de 10 años.  Desde entonces las cosas han evolucionado rápidamente y ahora es normal que el carnaval de la ciudad tenga  una reina gay con su corte y carroza.  Y qué decir del carnaval tableño dónde en las prácticas de tonadas solo falta el techo para que sea una discoteca gay y los 5 días de jolgorio en el pueblo son nuestro Gay Pride.  Si eso no es tolerancia, qué es?

A propósito de Gay Pride, la marcha del orgullo gay es otro ejemplo.  Al principio eran 3 locas valientes (que tienen todo mi respeto y admiración) vestidas de rosado y con globitos de los colores del arcoíris.  Eso fue solo el principio porque  cómo han cambiado las cosas desde entonces.  El año pasado la marcha del orgullo gay tenía varios miles de personas y terminó en un evento con activistas, locas valientes y gais de todos los tipos, colores y sabores, acompañados de políticos, gente de farándula  y personalidades de diferentes círculos.  Si eso no es tolerancia, qué es? 

También nuestros travestis y “dragas”, que son fabulosos y muchos de los cuales nos divierten en las discotecas y bares antes andaban por ahí en cantinuchas y en la avenida de los mártires.  Ahora muchos de ellos son animadores, salen en la televisión con su humor y ocurrencias y son los protagonistas de eventos como el carnaval.  Si eso no es tolerancia, qué es?

Todos esos ejemplos van del lado de “dragas”, travestis y activistas.  Pero del lado de los que nos gusta ser más masculinos y comportarnos como machos, o de los que somos más o menos delicados pero creemos que no se nos nota y preferimos mantener un perfil bajo, también ha habido grandes avances. Antes las discotecas gais estaban escondidas y en áreas de mala muerte.  Cuántos recuerdan “La Calientita” o La Deivis?  Había un bar de cuentos de terror  en Santa Ana, con maquinitas de pinball,  que le decían “La Chinitos” y otros antros horrendos.  Luego apareció la Boy’s Bar en un área de bodegas y hangares escondida de la gente.  Ahora las discotecas gais están en avenidas principales y los gais salen de ahí borrachos y drogados en plena luz pública y no pasa absolutamente nada.  Si eso no es tolerancia, qué es? 

El otro día un amigo cumplía años y fuimos unos 10 hombres a un restaurante de categoría y todo estuvo de lo más normal. No creo que los otros comensales y el servicio del local hayan pensado que nosotros éramos la junta directiva de FEPAFUT.  Conozco varios grupos de amigos que igual se reúnen en diferentes restaurantes a celebrar o solo a pasar el rato.  Igual se ven grupos gais y parejitas románticas en los “brunchs” dominicales, en las terrazas, en el causeway, en el casco viejo, en las calles, en los malles, etc. sin problema alguno.  Si eso no es tolerancia, qué es?

Y pues sí, alguno que otro gay ha sido ultrajado, humillado y hasta asesinado por algún intolerante iracundo pero eso también pasa en USA y en Europa.  También es cierto que no tenemos leyes de matrimonio gay todavía pero, en mi humilde opinión, el amor es mucho más importante que las leyes para asegurar el bienestar de una pareja.  Además, la ley que tipificaba como delito los actos homosexuales y los castigaba con multas y cárcel fue finalmente abolida en 2008 (aunque la realidad es que no era aplicada).  Todavía se ve raro y puedes recibir burlas si dos hombres andan agarrados de mano o se besan en nuestras calles  (aunque cada vez hay menos problema en eso), pero si te alejas del centro de Amsterdam, Castro Disctrit o Chueca tampoco será tan común.

Como “La Sele”, tenemos muchos aspectos en que mejorar, pero en general y en mi opinión, la intolerancia que muchos gais creemos que hay en Panamá tiene más que ver con lo que llevamos por dentro, nuestros miedos, complejos, culpas y percepciones que con la realidad que vivimos.  

Con todo respeto de nuestros activistas, muchas veces el tema de la tolerancia se maneja más bien como una imposición.  No podemos esperar que esta sociedad ortodoxa machista que teníamos (y digo teníamos porque que creo que esa cultura está desapareciendo rápidamente)  cambie de la noche a la mañana.  Al pueblo hebreo le tomó 40 años caminando por el desierto para darse cuenta de que era el pueblo elegido por Dios y eso que durante esos 40 años hubo toda clase de milagros y prodigios.  Tenemos que saber que siempre habrá resistencia al cambio y que tendremos reacciones de ira, sobre todo de los menos evolucionados espiritualmente, porque estamos agrediendo sus ideas, creencias y prácticas.  Vayamos paso a paso, tengámosle paciencia a nuestra sociedad, hagamos que su transformación sea menos dolorosa.  Solo con el ejemplo, siendo buenos ciudadanos, buenos hijos, buenos hermanos, buenos trabajadores, comportándonos como seres humanos dignos e íntegros y apoyándonos unos a otros lograremos que la sociedad nos mire con otros ojos.   

Entonces, para vivir en Panamá siendo gay y feliz hay que empezar por tolerar a los demás y entender los valores y cultura de la sociedad panameña que está en evolución.  Tenemos que ponernos en el lugar de los que “sufren”  y no tienen “paciencia” por esta evolución.  Tenemos que tolerar y dejar de sufrir nosotros.

domingo, 3 de febrero de 2013

NO.1 PREFERENCIA SEXUAL, RELIGION Y OJOS VERDES


He escogido este tema para mi primer escrito en mi Blog porque creo que es lo primero que debemos saber, entender e interiorizar los gais en Panamá: la homosexualidad, al menos en mi caso, no es una preferencia.

Cuando era niño, nunca nadie me violó, ni intentó seducirme, ni me hablaron de ideología de género, ni nada de esas cosas que dice la gente que hace que los niños se vuelvan gais.  Tuve una infancia feliz, con unos padres amorosos y dedicados a su familia.  Y SOY GAY.   Desde  siempre lo fui.  No sabía qué era entonces, porque los niños son inocentes y no entienden de eso de orientación sexual.  Pero cuando fui creciendo fui entendiendo.  Soy gay, no porque nadie me leyera un cuento de un rey que se defraudó de las princesas o porque me pusieran a jugar con muñecas, de hecho en mi casa habían muchas muñecas porque tengo varias hermanas pero a mi toda la vida me gustaron los carritos, las bicicletas, los super héroes y los legos.  Soy gay porque esa es mi naturaleza.  Siempre me hace gracia cuando se habla de opción o preferencia sexual porque eso implica que uno puede escoger.  La verdad, NO es así.  Al menos en mi caso, yo NO escogí.  Estoy seguro que uno NO puede escoger si tiene los ojos verdes o negros y que tampoco puede escoger si es homosexual o heterosexual.  Uno simplemente es así.  Alguien más tomó esa decisión por nosotros y solo nos queda aceptar su voluntad, hacerla parte de nuestra vida, vivirla y ser felices. Pueden ustedes imaginarse quién tomó esa decisión por nosotros? 

Aunque digno de debate, creo que la homosexualidad es una característica natural del individuo como tener los ojos verdes.   Los homosexuales somos ante todo seres humanos dignos y bellos primeramente por nuestra condición de hijos del Padre.  La inmensa mayoría de nosotros somos gente inteligente, educada, productiva, amorosa, creativa, generosa y misericordiosa.  Obviamente somos humanos con virtudes y defectos (que  el ser gay no es un defecto si no una característica humana del individuo), cometemos errores y nos arrepentimos.  Condenarnos por ser homosexuales es igual de injusto que condenar a alguien porque tenga los ojos verdes. 

Los principales argumentos que usa la gente para condenarnos son las creencias religiosas judeo-cristianas, pero en el Evangelio en ningún lugar se hace una mención sobre la homosexualidad.  Nunca Jesús dijo nada a favor o en contra.  Existen muy muy pocas referencias en la Biblia sobre la homosexualidad, las más famosas las de Sodoma y Gomorra y las de Levítico.  Cito ahora un texto de Juan José Tamayo con el cual concuerdo: 

"Según la interpretación tradicional, el pecado de los habitantes de esas dos ciudades fue mantener relaciones homosexuales. Sin embargo, según la interpretación que hoy parece más correcta, lo que se condena no es la homosexualidad en sí, sino la dureza de corazón de los sodomitas, la violación de hombre con hombre, que implica una humillación, la ofensa a los extranjeros a quienes Lot había acogido en su casa ejerciendo la virtud de la hospitalidad. La teóloga norteamericana Alice Winter demuestra que el pecado de estas dos ciudades se concreta en un sistema de injusticia y opresión defendido por una pequeña elite para asegurarse una vida en abundancia y ociosidad a costa de los pobres. En definitiva es la falta de hospitalidad para con los extranjeros lo que se condena.
 
El segundo ejemplo son las prescripciones del Levítico. En un texto de este libro (18,22) se califica la homosexualidad masculina como abominable. En otro (20,13) se dice que si un varón se acuesta con otro varón, ambos cometen una abominación y deben morir. Los dos textos deben ser leídos en su contexto. En la legislación hebrea se ordena pena de muerte para quienes maldicen a sus padres, para los adúlteros, los incestuosos y los pecados de animalismo. Se considera igualmente abominable mantener relaciones sexuales con una mujer durante la menstruación.  Por el contrario, se permite vender a la hija como esclava, poseer esclavos, tanto varones como hembras, siempre que se adquieran en naciones vecinas. Se establece la pena de muerte para quien transgrede el precepto del descanso sabático y osa trabajar el séptimo día. Se prohíbe acceder al altar a toda persona con algún defecto corporal. ¿Hay que interpretar estos textos en su sentido literal? Decididamente, no. Lo que estas prohibiciones quieren poner de relieve es el carácter peculiar del pueblo hebreo como pueblo de Dios, que se distingue del resto de los pueblos. La condena de la homosexualidad así como otras prácticas no se basa en razones sexuales sino en razones religiosas. El problema no se plantea en el terreno moral, sino en el de la identidad étnica y el de la pureza.” http://www.adital.com.br/site/noticia2.asp?lang=ES&cod=20775

Hay también otras menciones que recuerdo en el Nuevo Testamento en Corintios 6 y Romanos 1 que pueden ser discutidas y analizadas en un contexto diferente al que se le quiere dar para condenar a los homosexuales.  Pero en el Evangelio, el centro de la creencia Judeo-Cristiana, no hay mención al respecto. De lo que muy poco se habla es del amor de Jonathan y David en el Libro de Samuel:  “ Angustiado estoy por ti, Jonatan, hermano mío! Con cuanta dulzura me trataste! Para mi tu cariño superó al amor de las mujeres”... 2 Sam. 1, 26.   Un hombre que le dice eso a otro hombre, en nuestra sociedad actual, es maricón.  Por qué no se habla de eso?   O de la relación de Ruth con Noemí, en el libro de Ruth, donde se manifiesta un amor profundo, un amor que enlaza.  

No es mi intención hacer hablar a La Biblia según mi conveniencia.  Pero, no eso lo que están haciendo los que usan La biblia para condenar a los homosexuales?  Por que en Levítico también dice que no se puede comer mariscos pero en semana santa es lo que comemos (yo sé que luego Jesús dijo que nada de lo que venga de afuera hace mal al hombre).  También se dice en Levítico que hay que hacer sacrificios de cabritos y palomas y que la mujer que tiene la menstruación queda impura por siete días después de su periodo.  Por qué no seguimos esas leyes también?   La Ley de Moises constaba de 10 reglas.  Cuando vino Jesús, los judíos las habían convertido en 613.  No será que nuestra sociedad sigue “creando leyes”?

Dios es Padre, que envió a su hijo para salvarnos por amor.  Dios no es un código moral.  La Ley es rígida, el amor es flexible.  Y lo dijo Jesús: “el hombre está por encima de la ley”.   Cuando la ley es mas importante que el hombre es cuando hay inseguridad y miedo.  La salvación no viene de hacer un rito ni de cumplir una ley sino de escuchar una palabra y creer en ella.  Y la clave de la palabra de Dios, en mi opinión, es el amor.  

Dice el Reverendo Michael S. Piazza en abierta crítica a la Iglesia Católica: “¿Qué opción entonces se deja a estas personas? Pues la Iglesia les ha dicho que no pueden tener relaciones sexuales, que deben abstenerse, para poder ser cristianos, de manera que los condenan a una hoguera interna y la otra opción es que no sean cristianos. La Iglesia ha desechado por lo menos al 10% de la población. De manera que si se excluyen a estas personas de la comunidad de la Iglesia que se les dirá entonces o como se le hará conocer que el amor de Dios y de Jesús no excluye a nadie, que es un amor inclusivista, para todos sin excepción? Una visión de esta forma es algo estrecho de la concepción que se tiene de Dios. Como se van a excluir a personas que no pudieron hacer una opción en cuanto a su pulsión sexual. Cuándo la Iglesia será finalmente valiente para decir como Pablo “En Cristo no hay judío ni griego, esclavo ni libre, hombre ni mujer”, ni homosexual ni heterosexual. ¡Dios tiene bastante amor para todos!” http://www.cathedralofhope.com/NetCommunity/Page.aspx?pid=255&srcid=522

Conozco decenas de bellísimas personas gais que creen en Cristo Jesús pero no en su Iglesia.  Que pena!  Debemos tener en cuenta que La Iglesia es Una, Santa, Católica y Apostólica pero está constituida por hombres pecadores.  No debemos alejarnos de nuestras creencias por lo que algunos tontos puedan pensar sobre nosotros. 

Termino con una reflexión personal a la que he encontrado puntos coincidentes con diferentes escritos, pensadores, teólogos e incluso en el catecismo de la iglesia católica: el pecado es una decisión del individuo.  Uno escoge entre el bien y el mal y peca al hacer el mal.  Entonces, no puede ser un pecado ser homosexual porque, al menos en mi caso, no fue una elección.  YO NO ESCOGI SER GAY.  Si me dieran a escoger, preferiría ser heterosexual, no porque crea que ser gay es un pecado pero si porque mi vida fuera más fácil sin los fanáticos y la gente queriéndome “apedrear”.  Les cuento una experiencia personal:  hace como 15 años me sentía vacío y desdichado por el “estilo de vida gay” que llevaba (si ven el problema no era la homosexualidad si no el estilo de vida, al igual que cualquier heterosexual).  Una noche estaba en una discoteca y me empecé a sentir muy mal al verme rodeado de gente de supuesto “mal vivir” y digo supuesto porque yo pensaba que eran malos porque eran gay sin darme cuenta que ahí había gente buena y mala como en todos lados.  Esa fue la gota que derramó la copa.  Me monté en mi carro y me fui a andar por la ciudad llorando porque me sentía mal y no podía llegar a la casa de mis padres así.  Lloré toda la noche hasta que amaneció y fui a la misa de 6 de la mañana.  Al terminar la celebración fui a hablar con el sacerdote.  El ya me había visto durante la celebración y me preguntó qué me pasaba porque obviamente no estaba bien.  Yo le dije que estaba muy mal porque era gay y el mundo se me venía encima.  El sacerdote era un viejito como de 90 años y yo pensé que me iba a expulsar de la iglesia y mandarme a arder en el infierno.  Pero saben lo que me dijo?  Me dijo que no tenía que sentirme mal por ser gay, que Dios me había hecho tal como soy y que ser homosexual no significa que no soy hijo de Dios.  Y que debía aprender a vivir tal como soy dentro de los valores cristianos.   Para mi, eso fue una revelación divina.  Dios puso en la boca de ese viejito las palabras justas que yo tenía que oír... y se las quiero pasar a ustedes en este escrito.

Entonces, lo primero para ser gay y feliz en Panamá es aceptarnos.  Saber que por ser gais no somos pecadores, degenerados, viciosos o cualquiera de esos calificativos que algunas personas que no viven en el amor puede utilizar para atacarnos.  Lo primero que hay que hacer es aceptar nuestra condición de seres humanos bellos y dignos, hijos del Padre y gais.  Una vez que hemos aceptado esto y lo hemos internalizado, quien quiera que sea puede decir lo que se le antoje sobre la homosexualidad, y nosotros sabremos que el del problema es el que nos ataca porque nuestro Padre quiso que fuéramos así.  Dios nos hizo con los ojos verdes.