miércoles, 15 de enero de 2014

EL GAY ESNOB



Un chico fue a contarle a su padre que él era gay y tuvieron la siguiente conversación:
- Tu eres gay? –  pregunta sorprendido el padre - acaso tu vives en Paitilla o Punta Pacífica? 
El hijo contestó     no papá.  Tu sabes que yo vivo aquí contigo en el multifamiliar. 
-Y tú tienes un carro último modelo?
- No papá, tu sabes que yo ando en metrobus.
- Y tu vistes con Hugo Boss, Armani, Luis Vuitton o ropa de Zara, al menos?
- Que va, papá – respondió el chico – tú sabes que yo compro solo en lugares de descuento.
- Entonces – respondió el papá – tú no eres gay, tú eres un mariconcito cualquiera…

Chiste cruel!    Obviamente un chiste es una caricatura pero hace referencia a un comportamiento real.  Me da vergüenza admitirlo pero creo que hay bastante de cierto en el estereotipo ese del gay lleno de lujos, marcas y poses. Yo le he llamado a este comportamiento el “Síndrome del Gay Esnob”. 

Dice el RAE que esnob es una “persona que imita con afectación las maneras, opiniones, etc., de aquellos a quienes considera distinguidos” y luego dice que afectación es la “falta de sencillez y naturalidad”.  Aquí hay varias cosas interesantes: la primera es que el esnob imita.  Es decir que no es natural, no se comporta como  él sino como alguien más y no solo en su forma de actuar sino que incluso piensa como alguien más.  La segunda es la falta de sencillez y naturalidad.  Es extravagante y presuntuoso en su manera de ser, de hablar, de actuar, etc.  Estoy seguro que muchos de los que leen esto podrán identificar inmediatamente este comportamiento en infinidad de miembros de nuestra comunidad.
 
 
Los gais esnob piensan que en Panamá todo es malo: los hombres, la comunidad gay, la infraestructura, la sociedad, etc. Y que todo lo que hay afuera, principalmente en Estados Unidos o Europa, es mejor solo por ser de allá.  Hombre, que hay cosas muy buenas en esos lugares pero aquí también!

 De hecho, escribir este post se me vino a la mente porque me encontré un artículo sobre las ventajas de vivir en Panamá que decía que tenemos una infraestructura moderna y un sector de negocios con altos estándares lo que hace que cada vez más vengan empresas internacionales a establecerse aquí (creo que esto lo podemos palpar a simple vista).  También decía el artículo que los panameños somos pacíficos, amistosos, divertidos y globalizados; que tenemos un buen sistema de transporte (tengo mis dudas); que la vida es relativamente barata; que los servicios de salud son muy económicos y excelentes; que en los supermercados se puede encontrar cualquier cosa que se encontraría en un supermercado en los Estados Unidos pero a precios más bajos;  que la variedad arquitectónica, la historia y la cultura local es fascinante;  que la diversidad de playas, paisajes espectaculares,  islas en ambos océanos, sitios de buceo y pesca, flora y fauna es reconocida a nivel mundial; que se puede realizar una diversidad de actividades deportivas  como windsurf, deportes de vela, ciclismo, buceo, pesca, golf, baseball, basketball, navegación por rápidos, surf, etc.; que la vida nocturna incluye conciertos, grandes discotecas, casinos, música en vivo, restaurantes, actos culturales, obras de teatro, cabarets, música clásica y otras atracciones; y por ahí sigue.  América Economía califica a Panamá como una de las mejores ciudades para hacer negocios en Latinoamérica en 2013 (http://m.americaeconomia.com/node/106926) y otro estudio de 192 ciudades califica a la ciudad de Panamá como uno de los mejores lugares para vivir en Latinoamérica (http://wvw.nacion.com/viva/1997/diciembre/14/soc4.html), por mencionar algunos rankings.

Estoy seguro que hay mucho que podríamos agregar al párrafo anterior pero todo eso se le olvida al gay esnob cuando de primero en su lista de prioridades están los hombres.  Todos los de aquí les parecen horrendos y de baja categoría pero cualquier blanquito “fulito” le hace quedar en cuatro así sea la peor escoria en el lugar de donde viene.  Lo cierto es que no estamos en Suiza ni Canadá y, en mi opinión, el tema de los hombres aquí es como en todos lados: hay feos y bonitos, altos y bajos, gordos y flacos, etc.  Por supuesto que nosotros somos latinoamericanos con mezcla y nos jactamos de ser crisol de razas.  Estudios del genoma panameño dicen que tenemos un tercio blanco, un tercio indio y un tercio negro.  No podemos evitar esa realidad.  Si solo nos interesan los blancos y rubios, probablemente tengamos más dificultad de encontrar hombres que nos llamen la atención en vez de apreciar la belleza de nuestra gente.  Para gustos los colores: tengo un buen amigo gringo que mataría por venir a vivir a Panamá por sus hombres.  De hecho lo está considerando.  Sin embargo, una vez me dijo uno de estos gay esnob que estos panameños son nada que ver y que él solo salía con extranjeros.  Pobre loca: destinada a ser usada por cuanto mochilero envuelto en una nube de moscas se le pare enfrente.  Lo peor de todo es que el mariconcito me dijo que estaba seriamente pensando importarse un novio.  Que horror!
 
Todas las ventajas de este hermoso país se le olvidan al gay snob cuando compara nuestra vida y comunidad gais con las de otros países.  Un mariconcito, que me sacó credenciales antropológicas y citó libros y a una famosa autora alemana, a raíz de mi post del carnaval panameño, me dice que nuestro carnaval aliena y que todos los gais panameños somos estúpidos porque estamos felices como estamos y no nos damos cuenta de la discriminación de que somos víctimas.  Lo que el mariconcito parece ignorar y obviamente la autora alemana también, es que en Berlín se celebra todos los años una fiesta que se llama Folsom Europe donde los gais más aberrantes que haya visto en mi vida salen a la calle vestidos de cuero y látex, se drogan y se follan por las esquinas y pasan completamente alienados (http://www.youtube.com/watch?v=9vVQZiJ9Y0o).  Y qué decir de los “circuit parties” de USA o España, que conozco muy bien, donde miles de hombres bellos bailan drogados en jeans y sin camisa, como si fuera una fiesta del Ken gay.  Las hay de unos días hasta de una semana y quedan todos drogados y completamente perdidos.  Eso por citar algunos ejemplos de los que puedo dar fe porque los he vivido. 

 
Ojo, que no quiero parecer moralista, que tanto el carnaval panameño, como el brasileño, los “circuit parties” y el “Folsom Europe” tienen su gracia y su público.  Lo que me hace hervir la sangre es que se nos quiera tachar de indígenas en taparrabo por tener una identidad, costumbres y tradiciones únicas y maravillosas.    

 
Lo que, definitivamente podríamos aprender los gais panameños de esos países que admiran los gais esnob es la organización de la comunidad.  No es que sean mejores o peores que nosotros, sino porque tienen estructuras políticas y sociales mucho más sólidas que las nuestras.    Nosotros nos desarrollamos rápidamente hacia un modelo propio pero creo que en esto deberíamos participar todos los miembros de la comunidad para lograr la sociedad que queremos.  Es fácil ser la víctima de una sociedad, lo realmente admirable es trabajar en pro de los cambios.
 
Esta victimización que siente el gay esnob se ve reflejada entonces en un falso estilo de vida. No creo que tenga nada de malo el tener comodidades y cosas bonitas pero he conocido cada loca retorcida por las marcas que me dan ganas de vomitar.  Conocí uno que tenía en su mesita de noche una caja con no sé cuántos relojes de todos tamaños, formas y colores y cada uno más caro que el otro.  Conozco muchos gais que se gastan todo el poco salario que ganan en comprar ropa de marca y mientras más grande tenga la marca mejor.  Conozco otros, con dinero, que se desviven en detalles, adornos y protocolos como si las cosas fueran mejores mientras más estrafalarias y rimbombantes son.  Siempre me recuerdo de las fiestas de un grupo de amigos gais que se me hacen cada vez más parecidas a las fiestas de las señoras del Club Unión y no es que sean de broma sino que ellos creen que eso las hace ser mejores.  Parece que no nos damos cuenta de que ser simples, sencillos y normales no nos hace ningún daño. 

 
Lo más interesante de la definición del RAE es que una persona snob, imita a una persona que considera distinguida.  A mí me parece que detrás de este comportamiento, el gay esnob no se considera a sí mismo distinguido y tiene que comportarse y pensar como otros.  Yo conozco muy bien esto, de hecho he caído en esta trampa y de vez en cuando tengo la tentación de dejarme envolver por esnobismos y empezar a criticar nuestra cultura y nuestra comunidad.  Por suerte, he tenido la fortaleza para abrir los ojos y darme cuenta que no hay nada mejor y que haga sentir más feliz que ser uno mismo y estar en paz y conforme con lo que uno es y donde uno está.  La felicidad no es tener todo lo que uno quiere sino querer todo lo que uno tiene.